Un hecho poco conocido de la guerra de 1936 es el de la desaparición de la antigua imagen de la Virgen de la Piedad, episodio que tuvo lugar en las primeras semanas del enfrentamiento al ser lanzada a las aguas del Zújar en las inmediaciones de su ermita, sin que volviera a aparecer.
Sucedió, concretamente, cuando un desconocido comisario de guerra encañonó con una pistola a la entonces santera para que materializara la acción. Tras el suceso, la afligida mujer se dirigió a la cercana casa del molinero en busca de desahogo y consuelo y allí relató lo vivido entre llantos y sollozos.
Dos años después, al entrar el ejército «nacional» en La Coronada, Julio de 1938, la ermitaña volvería a revivir aquellos momentos al ser detenida por el asunto de la Virgen, detención que duró tan sólo hasta que la molinera prestó declaración y abogó en su favor. En ese instante fue puesta en libertad sin más consecuencias. [Mi agradecimiento a Daniel Calvo Huertas, que ha investigado los pormenores del episodio].
*Foto de la imagen desaparecida, facilitada por Eloisa Mendoza(+).